The Capuccino Girl

The Capuccino Girl

lunes, 20 de mayo de 2013

Limpieza Primaveral

 
  Hace unos días me encontraba haciendo limpieza en mi habitación, de esas que sólo de pensar que tienes que limpiar y mover cosas ya te sientes cansado. Había pasado semanas posponiendo mi exhaustiva faena hasta que una mañana me decidí. Me puse mis tenis, shorts, una playera y la lap con mi música y que me pongo a limpiar cuidadosamente; cuando, de entre una pila de papeles viejos saqué un papel dobladito a la mitad de color azul desvaído. Fruncí el ceño, pues no recordaba haber guardado ese papel en particular y como dice el dicho, "La curiosidad mató al gato", así que lo abrí y tremenda sorpresa me llevé.
 
 
 
  Se trataba de una carta que yo (en algún momento de auténtica cursilería) había escrito con destinatario al chico que me gustaba en el instituto (hace ya muchas lunas). Mis amistades mas cercanas saben de sobra lo penosa que soy (a menos que me den unas buenas piñas coladas, entonces... ¿quien dijo pena?), así que no es de extrañar que nunca le haya entregado la #cartitaderramamiel al susodicho.
 
  La misiva, había sido escrita para felicitarle por su cumpleaños; pero aparentemente, en algún momento de intensa inspiración escribí lo que (ahora me doy cuenta) era una confesión (¡y que confesión!).
 
  Esa noche, al leerla, varios años después, sola en mi habitación (y con música de fondo además), en medio de la noche; no pude evitar partirme de la risa con la hoja en las manos, principalmente porque tiendo a ser una persona un poco "ácida", aunque el romance me encanta odio la cursilería (¿quién no?) y lo que yo había escrito era eso justamente... una cursilería. Sin embargo me envió de viaje a esos años cuando usaba uniforme, coletita y era modosita como nadie.
 
 
  Me había resultado muy difícil desprenderme de él, de mis sentimientos, de ese amor juvenil que nunca pudo ser y fue eso justamente lo que me llevó a guardar la carta en un lugar recóndito de mi habitación. Uno de esos lugarcitos que sabes que nunca volverás a visitar, a los que nunca llega la luz y del que nadie sabe de su existencia más que tú... justo como había hecho con mis sentimientos. Y sin embargo ese no  fue el problema, el aferrarme a alguien que nunca había sido mío y a un amor que jamás fue.
 
  Todo esto me hizo pensar en lo mucho que nos cuesta desprendernos de un objeto, persona o situación en particular. Es, después de todo, una forma de atesorar e incluso prolongar aquello que no queremos que termine, y al no cerrar el ciclo y aferrarnos a ello no nos permitimos crear recuerdos nuevos, no nos permitimos amar de nuevo. Los expertos dicen que lo más saludable es buscar la manera de exteriorizarlo. De modo que mi confesión no era el problema, sino mi cobardía y la falta de comunicación.
 
  Él jamás supo lo que sentía, yo jamás supe sus sentimientos hacia a mi (hasta que fue muy tarde), nos llenamos de malos entendidos y terminamos recorriendo caminos muy separados. Tengo que decir, que aunque terminamos alejados de esa bonita amistad que un día nos unió, decidí quedarme con los buenos recuerdos de nuestros mejores días.
 
  Al terminar de leer la carta, me quedé en silencio un par de minutos, esperando volver a sentir esa opresión en el corazón que me invadía de tristeza como siempre que pensaba en él, pero no... nada. Sonreí y puedo decir con orgullo, que esa noche, al romper la misiva en pequeños trocitos de azul desvaído liberé su recuerdo de mis sentimientos, lo liberé a él y lo dejé atrás.
 
  Al final, mi limpieza primaveral resulto beneficiosa.

sábado, 4 de mayo de 2013

El compromiso de dar.

  Siempre pensé que Bill y Melinda Gates eran personas afortunadas por tener un... digamos "cerebro privilegiado"; por que de la informática y programación yo nada más no entiendo nadita. Obviamente, al ser catalogados como el 5° hombre y la 4° mujer más poderosos del planeta, cada vez que viajan a algún lugar son recibidos con todos los honores por los propios jefes de estado; pero nunca me imaginé que tuvieran una visión tan realista de la vida.


 
  Este famoso matrimonio está 100% involucrado en diversos proyectos filantrópicos, desde la vacunación de bebés en Kenya hasta la creación de un sistema de almacenaje de agua potable en la India (proyectos nada ambiciosos), pero eso no es todo; han creado la campaña The Giving Pledge (El Compromiso de Donar) que plantea a un selecto grupo de multimillonarios donar; ya sea en vida o como herencia, el 50% de su patrimonio para fines benéficos. Ellos mismos han donado mucho más que la mitad de toda su fortuna, por el contrario legaron el 95% del total de su patrimonio para fines filantrópicos (tengo entendido que en el 2012 su fortuna ascendía a los 66,000 MDD).


 
  Entre los multimillonarios que se han sumado a The Giving Pledge se encuentran, Mark Zuckerberg (que ha donado en vida y no como herencia), Diane von Fürstenberg y su marido Barry Diller, George Lucas, Ted Turner (magnate de telecomunicaciones), David Rockefeller (no podía faltar) y Warren Buffet. Esta misma propuesta está por plantearse a multimillonarios de la India y China.
 
  En palabras del mismo Bil Gates: "No hice nada relevante hasta que cumplí los 40." cuando puso en marcha su primera fundación con fines benéficos. Tanto él como su esposa crecieron con la firme idea de que debían devolver a la sociedad y a la vida lo que éstas les habían dado.
 
  Su más reciente proyecto, al parecer, es facilitar el acceso masivo de los anticonceptivos a las mujeres del Trecer Mundo, lo que también les ha ocasionado críticas muy fuertes, sobre todo a Melinda Gates por parte de los grupos conservadores y la iglesia.


 
  Durante una conferencia en Harvard, Bill Gates dió el siguiente consejo: "Sean activistas y tomen partido por las injusticias, esa causa será una de las más grandes experiencias de sus vidas."
 
  La última frase me hizo ruido. Con eso en mente he decidido seguir su consejo. No puedo donar millones porque no los tengo ^ ^, pero me he enrolado para ser profesora voluntaria en un orfanato. El chiste de todo esto es hacerlo de corazón y regresar un poquito de todo lo bueno que nos ha tocado.¿Quien sabe?, tal vez logremos cambiar para bien la vida de alguien que lo necesite y de paso alimentamos un poquito nuestra alma.


 
  Y ustedes,¿que opinan? ¿Participan en algúna actividad de este tipo? ¿Que opinan sobre Bill y Melinda?