The Capuccino Girl

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lunes, 28 de enero de 2013

Y QUE? NO QUIERES SALIR CONMIGO?

  Esa fue la pregunta que me lanzó el chico en cuestión; así , de buenas a primeras y sin una gota de buena onda, de más está decir que la pregunta me cayó tan mal que no puede terminar mi café.
  Y es que en realidad la pregunta no era el problema sino la forma de hacerla; como si me estuviera haciendo un favor o  fuera imposible que alguien no quisiera salir con él.  Y lo peor de todo, lo que mas me molestó fue que se le ocurre preguntar enviándome un mensaje privado en FB. ¿En serio? ¿Qué pasó con ese acto tan divertido de agarrar valor e invitar a salir  personalmente a la chica o chico?
 
  ¿Recuerdan como se sentía el solo hecho de agarrar valor para saludarle? ¿Las miles de veces que marcabas su número y colgabas antes de que contestara por que las mariposas en el estomago eran mas fuertes que tu? Bueno, puede que yo sea anticuada, pero para mi en eso consiste el tan (ahora)devaluado arte de seducir, de cortejar.
  A mi personalmente me desarma un hombre seguro de si mismo sin ser arrogante que al momento de invitarte a salir, lo hace de manera original, sin líneas preparadas y que se siente natural, no forzado.
  Cortejar, señores; se trata de cortejar. Mi consejo; si no tienen la más mínima idea de que se trata empiecen por consultar un diccionario,  pregúntenle a quien mas confianza le tengan (de preferencia mujer), recurran a internet, vean películas románticas o si todo lo anterior falla; pueden comprar alguno de esos libros para Dummies. He dicho!



  Siguiendo con la historia, por un momento vino a mi cabeza la imagen de el chico y yo en una cafetería, y lo único que pude ver fue a mi misma con una cara de aburrimiento tal que daba risa y a él tratando de convencerme de lo buen partido que es. Y miren que si bien no tiene el físico de un modelo de portada de revista, el chico es inteligente, pero en comparación con él Leonard, Sheldon, Wolowitz y hasta Raj son unos Casanovas. 
 
 
  Inmediatamente decliné su propuesta y dejé claro que no me atrae, sin dejar de ser cortés, claro; aunque algo me dice que ese no será el último mensaje privado suyo que encuentre en mi bandeja…
 
 

 

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