Ahí estaba yo... paradita delante de la pantalla de cristal, con la Cascabel meneando su colita "mesuradamente", mi amiga a mi lado, el niñito delante de nosotras haciendo preguna tras pregunta a nuestra guía en el museo, mientras su servidora encontraba la inspiración necesaria para esta publicación.
De repente, mientras miraba con atención los ojos de la viborita, me dí cuenta lo fácil que sería la vida si todos trajeramos un cascabelito incluido; aunque no precisamente en la "colita" (¿se imaginan? ¡que curioso!) , como este animalito. Porque, ¿quién no se ha encontrado en esta vida a ese tipo de personas estresadas por todo, con mala vibra, quejumbrosas o simplemente a la defensiva cada minuto de cada día de cada mes de cada... bueno, ustedes entienden, no?
Según la guía del museo, estos curiosos animalitos, hacen sonar su cascabel como un aviso de inminente peligro, para indicar que nuestra presencia no es bienvenida, que están molestos; vamos, es como decir "no me agradas, ¡back off!" o "me estas fastidiando, humano. Lárgate antes que me den ganas de darte un "beso" y termines en el hospital... si bien te va".
Con esto en mente, ¿no sería genial que nosotros también contaramos con ese "cascabelito"? Y lo digo porque, si bien, algunos de nosotros somos los suficientemente inteligentes para decir que nos están molestando y que deben parar; existen otras personas que no tienen esa capacidad (ya sea por flojera, por que no saben "how" o por que su evolución no es tanta) causándonos al resto unas escenitassss; que bueno, ni televisa y sus culebrones.
De este modo sería todo más sencillo. Imaginemos la escena: Vamos caminando muy tranquilos, sonriendo y tarareando una canción, contentos con la vida, cerrandole el ojo al galán que pasa junto a nosotras o a esa chica con linda sonrisa (digo, depende del caso; ¿verdad?).... si también a los 2 que pasaron despúes . El sol brillando en lo alto, el viento cálido de la primavera en nuestro rostro y los pajaritos cantando.... Ahhhh... Entonces nos encontramos a: un amigo o amiga, prim@, compañer@ de trabajo, vecin@ o hasta el Papa. El chiste es que nos encontramos a algún conocido y como somos personas educadas nos acercamos a saludar; en ese instante, la otra persona saca del bolso, mochila, bosa del pantalón (de dónde quieran, pues) su pequeño pero potente... CASCABEL y lo hace sonar.
¡Es todo! Inmediatamente sabemos que no se puede entablar una conversación con dicha personita. Asentimos, sonreímos y seguimos de largo. ¡DRAMA EVITADO! ¡Cool! Cero confrontación, cero pelea, cero contestaciones groseras; todo gracias al simple cascabelito.
Así, seguimos nuestro camino; guiñándole el ojo a cuanto galán o galana se nos presente, muy contentos o como la viborita del museo... le enseñamos la lengüita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Pueden dejar sus comentarios