The Capuccino Girl

The Capuccino Girl

domingo, 10 de noviembre de 2013

Halloween 2013

Yo iba caminando muy alegremente por la calle, después del trabajo, con los audífonos puestos, la música sonando y yo tarareando cual profesional, cuándo de pronto al bajar la mirada me encontré con un papelito tirado en el suelo, mas pisoteado que un chicle en pleno Mardi Gras.



No sabría decirles que fue lo que llamó mi atención, pero terminé levantándolo y ¡oh surprise! era un pequeño volantito que anunciaba la puesta en escena de Don Juan Tenorio. Me emocioné y lo guardé en mi bolso para después continuar mi camino.


Honestamente, cuando mi acompañante y yo decidimos ir al teatro, no esperábamos reír tanto ...por la pena y ajena además. Y no es que me queje, dentro de todo, la obra fue bastante buena y entretenida, pero de pronto ver a un Tenorio que bien podría ser mi bisabuelo (bueno.. no, exagero, mi abuelo o el de todo el elenco, sería lo más correcto) al que de pronto se le olvidan las líneas, pierde su entrada, no puede colocarse la capa (o quitársela)  ni desenfundar la espada (no, no es albur),hacía que me entraran los nervios, de esos que te hacen decir: No puedo ver... no veo...no veo..., pero que ahí te mantienen con el ojito abierto pegado al escenario.


¡De verdad!

Y luego el contraste entre el abuelito y la joven Doña Inés, pues... vamos, que me muero.

Y entonces, la muerte, esa escena llena de sentimiento y profunda...mente hilarante. Primero, porque nuestro aventurero héroe (quien no puede mantenerlo en sus pantalones, if you know what I mean) no podía batirse en duelo, sino que a la hora de la hora, no podía terminar de morir. Y no, porque quisiera darle un toque más dramático, más bien porque esas articulaciones que tantas lunas han visto, pues... nada más no se lograban acomodar.


Juro que me daban ganas de subirme al escenario y ayudarlo a acomodarse al pobre hombre. En lugar de eso... me reí. Pero, aclaro, no como burla, sino de nervios.



Después de tanto nervio y risa contenida, el broche de oro fue salir y ver a Chuky tomándose fotos con los turistas en pleno centro de la ciudad, sin pena ni gloria.



En fin, que comienzo a pensar que eso de que en Halloween salen los locos, me lo empiezo a creer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Pueden dejar sus comentarios