The Capuccino Girl

The Capuccino Girl

lunes, 30 de diciembre de 2013

Propósitos de Año Nuevo o Como tener una muerte segura

  ¡¿QUE?! Grité a mitad de la calle y aspiré profundamente en un intento inútil para calmarme.



  "¡Lo mato! ¡Ahora si lo mato!" pensé.

  Y seguramente ustedes estarán pensando: ¡Pero mujer! ¿Ahora que te pasó?

  Pues agárrense que les cuento.

  Iba caminando muy tranquilamente, sintiendo el viento en mi rostro con mi acompañante al lado, pensando en mis asuntos, cuando sin más ni más lo escuché preguntar:
 
"Y... ¿Ya sabes cuales son tus propósitos de año nuevo? ... ¡¡Ya sé!! ¡¡BAJAR DE PESO!!
 

New year
  Mi más que sonoro "¿Que?" se escucho por toda la calle (o por lo menos esa impresión me dio a mi).
 
  Y le dí mi mirada más mortal, de esas que convierten la primavera en invierno y hace que hasta el rey Salomón se ponga de rodillas (bueno, no tanto; pero ustedes entienden).
 
¿En serio? ¿Que no saben? ¿Nadie les explicó? ¿No les llegó el memo? Eso NUNCA, NUNCA, pero en serio NUUUUUUUUUUNCAAAAAA se le dice a una mujer.

Never
 
  Como si ese balde de agua fría no hubiera sido suficiente, el sujeto en cuestión trato de "componer" la situación: 
"P... Pues eso piden todas en año nuevo... o ¿no?"
 
  Inmediatamente pasaron por mi mente una serie de imágenes con ideas para cometer el delito y que nunca nadie lo descubriera. No podía decidirme si debía imitar una de las tantas escenas de "El Padrino" o "Kill Bill".

 


 
  Ahora, díganme ustedes si tengo o no razón en poner el grito en el cielo.
 
  Un consejito le doy a todos lo hombres:
  Si no tienen nada bueno que decir; simplemente no digan nada. Sólo por que tengan boca no quiere decir que tengan que usarla todo el tiempo.
 
  ¡Aguas! Que al siguiente que diga una tontería como esa... vaticino que se quemará la boquita con el Capuccino...
 
 




martes, 17 de diciembre de 2013

Pervertido, yo?

  Pocas cosas en esta vida me dan tanto miedo como los acosadores... bueno; ellos y la mirada asesina de mi mamá. Es que en serio, en cuanto mi madre levanta la ceja y aprieta los labios todo el mundo sabe que se avecina la tormenta y es mejor buscar refugio antes de que algún pobre mortal se cruce en su camino (bueno, igual estoy exagerando un poquito).



  Pero no vine a balconear a mi madre. Por el contrario, vengo con el propósito de desahogar el susto que me llevé una semana atrás y que aún no supero. Por que si bien encontrarte a un acosador (de la nada) es feito feito, reencontrarte con TU acosador de la preparatoria casi 10 años después y ver que sigue siendo tan creepy como entonces, es de infarto.



  Les cuento. Iba caminando por la calle muy tranquilamente con toda la buena onda como cada mañana; cuando de repente escuché:
-¿Karina? Eres Karina, ¿verdad? ¿Te acuerdas de mi? -

  Aclaro que mi nombre no es Karina, ni Karin, ni nada que se le parezca, por lo tanto la reacción natural de su servidora fue... seguir caminando, ignorando la llamada de tan tenebroso personaje.

  De pronto sentí que alguien tomaba mi brazo y voltee rápidamente; entonces lo reconocí y en cuestión de segundos un flashback me llevó de regreso a ese fatídico día en que conocí a mi acosador personal. Había ido a una fiesta con unas amigas y al momento de irnos, el tipo en cuestión (disculpen la rudeza pero no me sale nadita de afecto por el susodicho) con las muchas copas de más que llevaba encima comenzó a insinuárseme de manera grotesca hasta que logré escapar. Pero mi victoria duró  poco. Al día siguiente, al llegar al instituto todo el mundo me miraba de forma muy extraña y es que el muy listillo, dijo que yo, estando completamente ebria, me le había insinuado.



  De más está decir, que puse el grito en el cielo y armé todo un plan de ataque, mismo que se vio frustrado por mis profesores al mantenerme alejada de él como medida de seguridad hacia mi, pues mi reputación en el instituto era por demás, perfecta.

  De vuelta al presente, me le quedé mirando por un segundo y de inmediato dije:
-No, no me llamo Karina.- me di vuelta y seguí caminando, pero no conté con el hecho de que me siguiera a pesar de que iba acompañada.

  Él seguía bombardeándome con sus preguntas y llamándome Karina, hasta que se agotó mi paciencia y aguantándome los nervios me detuve de improviso y con voz firme le dije:
- Ya te dije que no soy Karina. Déjame en paz- y continué mi camino.

  Al día siguiente volví a encontrarme con él en el mismo lugar y si, volvió a seguirme unas calles. Y no conforme con eso, me lo encontré otras dos veces más esa misma semana, siempre mirándome con esos ojos de acosador pervertido de caricatura japonesa, que a mi en verdad me asustan y me dan ganas de aplicar lo poco que recuerdo de mis clases de tae won do.



  Gracias a esta experiencia con el lado oscuro he desarrollado un plan infalible para cuando me lo vuelva a encontrar, mismo que consiste en caminar tranquilamente hasta dónde esté algún representante de la ley o alguna abuelita de la vela perpetua con mejor brazo que el Santo, poner mi mejor cara de "estoy en una película de terror japonesa" y gritar a todo pulmón:
-Eres tú!! El acosador pervertido del zócalo!! Déjame o grito!!-
 
 (97) sheldon cooper | Tumblr
  Y tan tan! Asunto terminado.

  Ahora, no todo es negatividad conmigo. Así que aquí les traigo un par de consejillos a aquellos acosadores amateurs que no 'más no se les prende el foco.

1.- Si van a acosar a alguien, asegúrense de SABER su nombre. (Digo, por si acaso)
2.- No usen prendas llamativas. Usar un cárdigan amarillo fluorescente es como llevar un letrero que diga: ACOSADOR!!
3.- Usar un cárdigan amarillo fluorescente con pantalones azules y lentecitos redondos tipo Harry Potter mientras miran a su presa de forma viciosa, equivale a llevar un letrero que diga: SOY UN ACOSADOR... Y PERVERTIDO!!
4.-Vayánse muy, muy, muy, pero muuuuuyyyy.... cuidadosamente por la sombrita.
 


  HE DICHO!











domingo, 24 de noviembre de 2013

¿Quieres verlo?

  Amo a mi mamá, en serio; pero a veces me mete en situaciones que me dejan completamente fría; como anoche.
 
  Les cuento. Nos encontrábamos mi mamá y yo muy tranquilitas, cada quien en su sillón buscando algo interesante que ver en la televisión.


 
  Mi mamá como, como toda matriarca que se precie; tenía en su poder el control (el de la t.v.) y comenzó a cambiar los canales. En eso, sin aviso y de la nada, nos encontramos con un programa llamado: "Sexo para adolescentes".


 
  Justo en ese instante, mi mami (tan linda como siempre) se volteó con la rapidez de un rayo y me dijo: "¿Le cambio o quieres verlo?".  Yo tengo 26 años y no sabía que aún se me consideraba adolescente.
 
  Por un segundo me quedé de piedra y estoy segura de que puse cara de boba... pervertida; pero boba, luego con toda la naturalidad del mundo, le contesté: "No. ¿Yo para que quiero verlo?"

Untitled
 
  Mi adorada madre, entonces continuó su recorrido de canales sin la menor muestra de vergüenza por su pregunta. Mientras yo seguía analizando la situación. Por que en el dado caso de que hubiera querido verlo y con todo lo que amo a mi madre, me resulta un poco incómodo ponerme a ver un programa así con ella juntito.
 
  Moraleja:
  Si alguna vez les sucede una situación parecida, primero: intenten recordar su edad (igual y si son adolescentes, les conviene ver el programita ese), segundo: si es su mamá quien les pregunta ¡CUIDADO!, puede ser una trampa, tercero: intenten mantener la calma y contestar lo más natural posible sin dejar salir la carcajada que seguro traen atorada en la garganta y por último: cuéntenselo a quien más confianza le tengan.
 
  ¡Te quiero ma'!
 


domingo, 10 de noviembre de 2013

Halloween 2013

Yo iba caminando muy alegremente por la calle, después del trabajo, con los audífonos puestos, la música sonando y yo tarareando cual profesional, cuándo de pronto al bajar la mirada me encontré con un papelito tirado en el suelo, mas pisoteado que un chicle en pleno Mardi Gras.



No sabría decirles que fue lo que llamó mi atención, pero terminé levantándolo y ¡oh surprise! era un pequeño volantito que anunciaba la puesta en escena de Don Juan Tenorio. Me emocioné y lo guardé en mi bolso para después continuar mi camino.


Honestamente, cuando mi acompañante y yo decidimos ir al teatro, no esperábamos reír tanto ...por la pena y ajena además. Y no es que me queje, dentro de todo, la obra fue bastante buena y entretenida, pero de pronto ver a un Tenorio que bien podría ser mi bisabuelo (bueno.. no, exagero, mi abuelo o el de todo el elenco, sería lo más correcto) al que de pronto se le olvidan las líneas, pierde su entrada, no puede colocarse la capa (o quitársela)  ni desenfundar la espada (no, no es albur),hacía que me entraran los nervios, de esos que te hacen decir: No puedo ver... no veo...no veo..., pero que ahí te mantienen con el ojito abierto pegado al escenario.


¡De verdad!

Y luego el contraste entre el abuelito y la joven Doña Inés, pues... vamos, que me muero.

Y entonces, la muerte, esa escena llena de sentimiento y profunda...mente hilarante. Primero, porque nuestro aventurero héroe (quien no puede mantenerlo en sus pantalones, if you know what I mean) no podía batirse en duelo, sino que a la hora de la hora, no podía terminar de morir. Y no, porque quisiera darle un toque más dramático, más bien porque esas articulaciones que tantas lunas han visto, pues... nada más no se lograban acomodar.


Juro que me daban ganas de subirme al escenario y ayudarlo a acomodarse al pobre hombre. En lugar de eso... me reí. Pero, aclaro, no como burla, sino de nervios.



Después de tanto nervio y risa contenida, el broche de oro fue salir y ver a Chuky tomándose fotos con los turistas en pleno centro de la ciudad, sin pena ni gloria.



En fin, que comienzo a pensar que eso de que en Halloween salen los locos, me lo empiezo a creer.

martes, 5 de noviembre de 2013

Sorry! Sorry!

¡¡Lo sé, lo sé!!

Tengo el blog bastante abandonado y me disculpo por ello. El verano pasado estuvo bastante "complicado" por decir lo menos y sé que no es excusa, pero ya estoy de regreso y me encuentro en a búsqueda de inspiración, nuevos temas para platicar con ustedes.
 
Por cierto, he descubierto que no es tan malo salir más seguido, al menos para activar mi vida social, porque mi cuenta bancaria me pone cara de pocos amigos.
 
Sin más información por el momento, me despido, deseándoles una hermosa tarde (aunque con este horario ya se siente noche) desde la comodidad de mi sillón predilecto con una humeante capuccino calientito; ya sabes  por eso de que ya es otoño.



martes, 27 de agosto de 2013

Los Nunca... Nunca...

"¡Nunca... nunca... nunca trabajaré como maestra!"
 

  Eso fue lo que me prometí a mi misma y a uno de mis profesores en la universidad hace bastantes lunas atrás. Ahora, pregúntenme cual es mi empleo... ¡Si! ¡Exactamente! ¡Soy profesora de inglés!
 
  No es que me disguste mi empleo actual, por el contrario es bastante tranquilo... una vez que dejo el salón de clases (jeje), se trata simplemente de que no es exactamente lo que yo había imaginado que sería mi vida cuando estaba en la universidad.
 
  En alguna ocasión, también cometí el tremendo error de decir: "Nunca... nunca... nunca regresaré a trabajar en el ramo hotelero" y ... ¡¡Zaz!! Ahí merito fue dónde acabé. No sé que estaba pensando con exactitud cuando acepté ese empleo, pero ¡uy! aprendí mi lección... o ¿no?


  Hace unas semanas me reuní con mi equipo creativo y las musas personales de este blog, A.K.A. mis mejores amigas y la plática nos fue llevando justamente a este tema: los nunca... nunca.


  Por que, aceptémoslo; todos tenemos nuestros "Nunca... nunca..." y  si bien, la mayoría de las ocasiones aprendemos la lección; algunas otras nos cuesta un poquito entenderlas, digerirlas e incluso aceptarlas. Algunos "nunca" no son extremadamente graves; pero todos y escribo esto con la más firme convicción, todos nos cambian la vida en menor o mayor medida.
 
  Y es que durante mi corta estancia en mi empleo como operadora en un hotel, tuve la oportunidad de crear nuevas amistades, mismas que de no haber aceptado ese empleo en particular no habrían llegado a mi vida.
 
  Con esto en mente, les pregunté a mis musas cual es su "Nunca.. nunca" más grande. Una de ellas, me dijo:
"¿Recuerdan que les dije que no quería tener hijos? Bueno, pues van a ser tías."
 
  Y con esa sencilla frase, nos cambió la vida a las otras dos. Ahora me paso la vida, pensando en que cosas voy a comprarle al pequeñín. Está por demás mencionar, que si la noticia sacudió mi mundo, imagínense como está mi amiga.
 
 
  Mi otra amiga comentó: "Yo dije que nunca regresaría a Mérida y hasta la fecha lo he cumplido".  Si bien, su "nunca" no es extremadamente grave, para ella en particular es un factor decisivo y lo entiendo a la perfección (también fue uno de mis "nunca").
 
  Mientras terminábamos nuestros tragos, sin alcohol por obvias razones y la mesa se llenaba de un extenuante silencio que fue interrumpido por nuestro mesero en turno, llegué a la conclusión de que si nuestros "nunca" nos van a alcanzar de cualquier modo, entonces ¿Qué porqué no aventarme uno mas?
 
  Así que aquí va:
 
  "Nunca... nunca... nunca quiero tener un novio guapo, de espalda ancha, con buen empleo y que sea un caballero."
 
  Digo... a ver si me pasa como con lo de ser maestra.
 





jueves, 11 de julio de 2013

Echando a perder se aprende... o no?

  El bar estaba a reventar, afuera la gente se fundía en un mar de personitas queriendo obtener una mesa o al menos entrar. La fría noche les invitaba a buscar refugio en un lugar calientito y con buena música.



  Por azares del destino, ese invernal viernes mis 3 acompañantes y yo terminamos compartiendo mesa con 3 desconocidos; entre ellos una pareja de novios. La mesa vecina estaba llena de chicos extremadamente guapos así que después de un rato comenzamos a platicar y a con...beber (ya saben como es eso).

  Todos estábamos conversando y con...bebiendo juntos en armonía, cuando de la nada, al final de mi mesa escuchamos un rotundo:

 
  - ¡No olvides que tú eres mía!-

  Por un segundo todo se congeló.

  La mesera se quedó plantada en su lugar, mis amigos se inmovilizaron, uno del grupo de los guapos se quedó con el cigarro a medio camino y yo con mi Vodka apenas rozando mis labios. En la mesa se hizo un silencio sepulcral que contrastaba con "Rock you like a hurricane" que tocaba la banda en ese momento.

  Como resortes y con la velocidad de la luz, todos volvimos la cabeza hacia la "adorable" parejita al momento que iniciaba el show. Por la expresión facial de la chica, me di cuenta de que la cosa esta por ponerse interesante y entonces lo supe: era el principio del fin.


  Nuestro Romeo en cuestión, comenzó a clamar su enorme y profundo amor por ella, casi al borde las lágrimas y a reclamar que su atención debía ser dirigida únicamente a él.

  El muy "conmovedor" monólogo duró por casi 10minutos, con el hombrecito gesticulando cual comediante amateur en un escenario. El chico guapo del cigarro y yo nos sentamos muy lentamente, sin hacer ruidito alguno (como si el ruido de la banda no fuera suficiente) observando tremendo reality show.

  La chica en cuestión levantó la ceja derecha, esbozó media sonrisa y justo en ese instante comenzó a sonar "Highway to hell" (do I need to say more?). La canción perfecta para tan tremendo y a la vez pacífico final.



  Cuando al fin nuestro trágico héroe se tomó un segundo para respirar, la fémina (para algunos heroína, para otros villana) tomó su bolso, le dirigió una sonrisa airada y se abrió paso entre la multitud en dirección a la salida, mientras se colocaba la chaqueta. Romeo hundido en su perplejidad que se reflejaba en su rostro; no supo que hacer. Entonces, se volvió hacia nosotros y dijo:

   - ¿Entonces?- miraba la salida del bar y regresaba a nosotros; que hasta ese momento no nos habíamos movido ni un milímetro.

  Lo observábamos con los codos sobre la mesa y la barbilla entre las manos, como moquitos viendo Chabelo un domingo por la mañana. Soltamos un suspiro colectivo, movimos la cabeza y le invitamos un par de cervezas.



  MORALEJA: No te las des de héroe trágico en tu primera cita. Sobre todo si desde el primer reclamo la única respuesta que obtienes es una ceja levantada y una sonrisa sardónica.

  ¡He dicho!

jueves, 6 de junio de 2013

Y tú cuanto tardas?

  Por fin se acabó Mayo... y honestamente, mi muy femenina cartera (tiene aplicaciones de maripositas) lo agradece.
 
 
 
  Pero no es de eso de lo que vine a platicarles este día.
 
  Yo no soy de maquillarme mucho, no me gusta sentir la plasta de base y sombra en el rostro y salir como payaso a la calle, así que recientemente cambié mi rutina de maquillaje.
 
  Había escuchado muchos comentarios sobre las BB Cream y me dispuse a probarlas. Hasta donde tengo entendido (y después de una extensa investigación) se originaron en Alemania como ayuda para disimular y desaparecer cicatrices. Como dió muy buenos resultados, su éxito se extendió rápidamente y alcanzó a nuestras hermanas de ojito rasgado, a.k.a. Asia. Allí, este pequeño producto pasó de ser un medicamento a ser un producto propiamente estético.
 
 
 
  Es en Asia, dónde ha tenido mayor éxito y desarrollo, pues es de uso común y no una base de maquillaje; sino una crema con color y factor solar; así que mientras presumes tu rostro por la calle también lo estás protegiendo de los rayos del sol.
 
  De modo que, si son como yo (de bajo mantenimiento, digamos), entonces las BBCream son una buena opción para el día a día. El cambio al maquillaje lo hago cuando tengo algún evento, una fiesta, un cumpleaños, algo que amerite un poquito más de esfuerzo en mi apariencia.
 
  En realidad, mi rutina no dura más de 5 o 7 minutos, máximo. Lo que para mi, es bastante rápido, aunque si nos basamos en el siguiente video que les dejo, entonces me tardo una eternidad XD. En realidad el video es parte de la campaña de Windows 8, pero cuando lo vi, no pude evitar reírme.
 

 
 
  Ustedes que dicen, lo intentamos? Igual y si nos queda.

lunes, 20 de mayo de 2013

Limpieza Primaveral

 
  Hace unos días me encontraba haciendo limpieza en mi habitación, de esas que sólo de pensar que tienes que limpiar y mover cosas ya te sientes cansado. Había pasado semanas posponiendo mi exhaustiva faena hasta que una mañana me decidí. Me puse mis tenis, shorts, una playera y la lap con mi música y que me pongo a limpiar cuidadosamente; cuando, de entre una pila de papeles viejos saqué un papel dobladito a la mitad de color azul desvaído. Fruncí el ceño, pues no recordaba haber guardado ese papel en particular y como dice el dicho, "La curiosidad mató al gato", así que lo abrí y tremenda sorpresa me llevé.
 
 
 
  Se trataba de una carta que yo (en algún momento de auténtica cursilería) había escrito con destinatario al chico que me gustaba en el instituto (hace ya muchas lunas). Mis amistades mas cercanas saben de sobra lo penosa que soy (a menos que me den unas buenas piñas coladas, entonces... ¿quien dijo pena?), así que no es de extrañar que nunca le haya entregado la #cartitaderramamiel al susodicho.
 
  La misiva, había sido escrita para felicitarle por su cumpleaños; pero aparentemente, en algún momento de intensa inspiración escribí lo que (ahora me doy cuenta) era una confesión (¡y que confesión!).
 
  Esa noche, al leerla, varios años después, sola en mi habitación (y con música de fondo además), en medio de la noche; no pude evitar partirme de la risa con la hoja en las manos, principalmente porque tiendo a ser una persona un poco "ácida", aunque el romance me encanta odio la cursilería (¿quién no?) y lo que yo había escrito era eso justamente... una cursilería. Sin embargo me envió de viaje a esos años cuando usaba uniforme, coletita y era modosita como nadie.
 
 
  Me había resultado muy difícil desprenderme de él, de mis sentimientos, de ese amor juvenil que nunca pudo ser y fue eso justamente lo que me llevó a guardar la carta en un lugar recóndito de mi habitación. Uno de esos lugarcitos que sabes que nunca volverás a visitar, a los que nunca llega la luz y del que nadie sabe de su existencia más que tú... justo como había hecho con mis sentimientos. Y sin embargo ese no  fue el problema, el aferrarme a alguien que nunca había sido mío y a un amor que jamás fue.
 
  Todo esto me hizo pensar en lo mucho que nos cuesta desprendernos de un objeto, persona o situación en particular. Es, después de todo, una forma de atesorar e incluso prolongar aquello que no queremos que termine, y al no cerrar el ciclo y aferrarnos a ello no nos permitimos crear recuerdos nuevos, no nos permitimos amar de nuevo. Los expertos dicen que lo más saludable es buscar la manera de exteriorizarlo. De modo que mi confesión no era el problema, sino mi cobardía y la falta de comunicación.
 
  Él jamás supo lo que sentía, yo jamás supe sus sentimientos hacia a mi (hasta que fue muy tarde), nos llenamos de malos entendidos y terminamos recorriendo caminos muy separados. Tengo que decir, que aunque terminamos alejados de esa bonita amistad que un día nos unió, decidí quedarme con los buenos recuerdos de nuestros mejores días.
 
  Al terminar de leer la carta, me quedé en silencio un par de minutos, esperando volver a sentir esa opresión en el corazón que me invadía de tristeza como siempre que pensaba en él, pero no... nada. Sonreí y puedo decir con orgullo, que esa noche, al romper la misiva en pequeños trocitos de azul desvaído liberé su recuerdo de mis sentimientos, lo liberé a él y lo dejé atrás.
 
  Al final, mi limpieza primaveral resulto beneficiosa.

sábado, 4 de mayo de 2013

El compromiso de dar.

  Siempre pensé que Bill y Melinda Gates eran personas afortunadas por tener un... digamos "cerebro privilegiado"; por que de la informática y programación yo nada más no entiendo nadita. Obviamente, al ser catalogados como el 5° hombre y la 4° mujer más poderosos del planeta, cada vez que viajan a algún lugar son recibidos con todos los honores por los propios jefes de estado; pero nunca me imaginé que tuvieran una visión tan realista de la vida.


 
  Este famoso matrimonio está 100% involucrado en diversos proyectos filantrópicos, desde la vacunación de bebés en Kenya hasta la creación de un sistema de almacenaje de agua potable en la India (proyectos nada ambiciosos), pero eso no es todo; han creado la campaña The Giving Pledge (El Compromiso de Donar) que plantea a un selecto grupo de multimillonarios donar; ya sea en vida o como herencia, el 50% de su patrimonio para fines benéficos. Ellos mismos han donado mucho más que la mitad de toda su fortuna, por el contrario legaron el 95% del total de su patrimonio para fines filantrópicos (tengo entendido que en el 2012 su fortuna ascendía a los 66,000 MDD).


 
  Entre los multimillonarios que se han sumado a The Giving Pledge se encuentran, Mark Zuckerberg (que ha donado en vida y no como herencia), Diane von Fürstenberg y su marido Barry Diller, George Lucas, Ted Turner (magnate de telecomunicaciones), David Rockefeller (no podía faltar) y Warren Buffet. Esta misma propuesta está por plantearse a multimillonarios de la India y China.
 
  En palabras del mismo Bil Gates: "No hice nada relevante hasta que cumplí los 40." cuando puso en marcha su primera fundación con fines benéficos. Tanto él como su esposa crecieron con la firme idea de que debían devolver a la sociedad y a la vida lo que éstas les habían dado.
 
  Su más reciente proyecto, al parecer, es facilitar el acceso masivo de los anticonceptivos a las mujeres del Trecer Mundo, lo que también les ha ocasionado críticas muy fuertes, sobre todo a Melinda Gates por parte de los grupos conservadores y la iglesia.


 
  Durante una conferencia en Harvard, Bill Gates dió el siguiente consejo: "Sean activistas y tomen partido por las injusticias, esa causa será una de las más grandes experiencias de sus vidas."
 
  La última frase me hizo ruido. Con eso en mente he decidido seguir su consejo. No puedo donar millones porque no los tengo ^ ^, pero me he enrolado para ser profesora voluntaria en un orfanato. El chiste de todo esto es hacerlo de corazón y regresar un poquito de todo lo bueno que nos ha tocado.¿Quien sabe?, tal vez logremos cambiar para bien la vida de alguien que lo necesite y de paso alimentamos un poquito nuestra alma.


 
  Y ustedes,¿que opinan? ¿Participan en algúna actividad de este tipo? ¿Que opinan sobre Bill y Melinda?
 
 

lunes, 22 de abril de 2013

Y si de aventuras se trata...

  "Me muero de ganas por irme a la guerra con Papá y aquí me tenéis, en casa, haciendo punto." Esa es la frase que me se me quedo en la mente y en el alma, grabadita como en piedra para siempre jamás. ¿Alguien sabe de que libro he tomado esta frasesita? Se trata de Mujercitas, mi libro favorito (por decirlo de algún modo, porque en mi lista de libros leídos no puedo decidirme por uno en especial).
 
 
  No es que yo quiera irme a la guerra, ni nada de eso (soy una cobardica de lo peor cuando de peleas se trata =/), pero desde que tengo memoria siempre quise ser una de esas personas que tienen aventuras por todos lados, con una vida pepetuamente interesante, entrando y saliendo de situaciones que a ningún ser común podrían sucederle menos buscarlas por iniciativa propia.
 
  Si alguien ha leído Mujercitas, entonces adivinará que mi personaje preferido es Jo. Jo, la irrefrenable, simpática, extremadamente sincera y por siempre inquieta Jo. Siempre buscando aventuras nuevas, venciendo sus temores y conquistando corazones. Y es que la frase, se refiere a eso, a buscar aventuras, a ser diferente, hacer algo distinto, aplacar la inquietud de nuestras almas traviesas. Entonces escuché: Que si fulanito sólo se dedica a trabajar, que si perenganita está aburrida de hacer siempre lo mismo se trataba de la conversación de dos personas que iban sentadas delante de mi en el autobús.. Entiendo que la mayoría de las veces nuestras expectativas sobre la vida cuando somos niños tenemos que relegarlas a un rincón de nuestra mente cuando somos adultos (¡ay! ¡acabo de dar el viejazo!), ¿pero es eso sano? Si hubieran visto los rostros de esas personas, completamente sin vida, sin chispa, sin alegría, se hubieran preocupado, igual que yo. Incluso me daban ganas de contarles chistes para que se rieran un rato y miren que soy muy mala contando chistes.
 
 Esto me vino a la mente, cuando iba de camino a mi casa y dos personas iban quejándose de lo aburrida que es su vida.
 
 
 
  Recuerdo que cuando era pequeña y mientras mi mamá lavaba la ropa, me gustaba jugar a ser pirata, cruzar océanos en mi enorme barco (una tinita chiquita, que ni a lancha llegaba, pero ustedes captan la idea) con mi fiel tripulación a bordo y mi periquito o lo que sea que tengan los piratas como mascota. Ahhh pero eso si, nada de parche en el ojo; si iba a ser Pirata iba conservar el glamour y mis dos ojitos, ¡como que no! y de la pata de palo ni hablamos. Otras veces imaginaba que era una arqueóloga, abriéndome paso entre la maleza de la selva (o sea tirando las plantas del jardín), enfrentándome a los mosquitos y serpientes, encontrando civilizaciones por siglos perdidas, tesoros que la humanidad nunca imaginó, haciendo descubrimientos que me garantizarían una estatua en mi honor (sencillita la niña, eh). En fin, en mi cabeza me hacía mil y un historias y podía realmente ver todos los escenarios: épicas batallas en el mar, defendiendo castillos con mi propio ejército (muy Señor de los Anillos, sin la sangre ni la muerte, vamos, que era una peque), acampando en la selva o el desierto e incluso viajando en el tiempo.
 

 
 Nunca, jamás soñé con ser una princesa, asistir a bailes de gala, nada de madrastras, ni de príncipes ni azules ni verdes ni nada, cero coronas y en lo más elegante que me imaginaba que iba a usar era mi traje de Pirata; no, lo mío era la acción. Mientras me acordaba de todo esto, la pareja en cuestión se bajó del autobús con las mismas caras grises y largas con las que lo habían abordado. Entonces me di cuenta de una pequeña cosita: ¡Si tengo aventuras! Probablemente no soy Pirata, ni arqueologa, ni viajo en el tiempo, ni defiendo castillos, pero de que tengo aventuras, tengo aventuras.
 
  He tenido que hacerla de Sherlock para develar una muerte durante un viaje, el viaje más bizarro hasta ahora. Conviví con modelos profesionales, si, desnuditos y todo, salvar la boda de la mejor amiga de una amiga, guardar secretos inconfesables, fingir estar a punto de casarme, ser investigadora privada, y muchas cosas más. Ahora que estoy consciente de ello, he decidido buscar más aventuritas, como saltar del bungee, escalar una montaña, enamorarme... que sé yo, cualquier locura que se me ocurra.
 
 
  Si, a veces suena aterrador, pero eso es lo bonito, sentir la adrenalina en las venas y sonreír. Siempre sonreír. Por lo mientras, terminaré mi  capuccino y les deseo !FELICES AVENTURAS!